Una forma de termoterapia es la aplicación de luz infrarroja. Es un tipo de radiación electromagnética y térmica de mayor longitud de onda que la luz visible, pero menor que las microondas.
El calor que irradia la lámpara produce la dilatación de los vasos sanguíneos y en consecuencia aumenta el flujo de sangre en las áreas perjudicadas. Esta luz puede traspasar la capa de la piel hasta 3 centímetros y con esto consigue actuar de forma directa sobre musculos, arterias y venas. Estos efectos inmediatos permiten a su vez que se apliquen pomadas o cremas con efecto analgésico y alivien de forma más rápida.
Los beneficios más destacados son:

  • Rebaja el dolor muscular
  • Mejora la circulación sanguínea
  • Combate la fatiga crónica
  • Ayuda a la pérdida de grasa y toxinas
  • Elimina el exceso de piel muerta
  • Beneficio para el corazón